Razones para cuidar el anillo de cenotes: Homún Yucatán y alrededores

Yameli Aguilar1,2, Francisco Bautista1,3 y Fátima Tec Pool4

1Asociación mexicana de estudios del karst https://www.amek.org.mx/; 2 Instituto nacional de investigaciones forestales, agrícolas y pecuarias yaguilarduarte@gmail.com; 3 Centro de investigaciones en geografía ambiental, Universidad Nacional Autónoma de México. leptosol@ciga.unam.mx; 4Grupo Espeleológico Ajau fatima.tec@ajau.org.mx

Introducción

Recientemente se han realizado manifestaciones y protestas ante el establecimiento de una mega-granja de cerdos en una zona declarada como Reserva Estatal Geohidrológica. Como en todo conflicto existen voces a favor y voces en contra; sin embargo, el problema no ha sido solucionado y las posiciones se radicalizan.

Las opiniones a favor, del gobierno, aducen que todos los permisos están en regla y que el promovente (dueño de la granja) ha realizado todos los procedimientos dentro de la ley, cumple con el ordenamiento ecológico del territorio del estado de Yucatán; con lo dispuesto en cuanto al tratamiento de desechos (gases, líquidos y sólidos) y con los requerimientos municipales. Además, se habla de la generación de algunas decenas de empleos fijos.

Por otro lado, los pobladores se encuentran preocupados por la preservación de los cuerpos de agua, los cuales les generan empleos relacionados con el turismo rural y de bajo impacto, para el cual se han preparado y del cual viven varias centenas de familias. Ellos saben que los malos olores y la contaminación de los cenotes tendrían un impacto negativo que acabaría con sus empleos.

El objetivo de este texto es documentar científicamente la importancia de la conservación del territorio denominado “Reserva Estatal Geohidrológica” donde se localiza el municipio de Homún, Yucatán y en el cual se está planteando el desarrollo de la porcicultura con la finalidad de que esta información sirva como antecedente para una mejor toma de decisiones en torno al manejo del territorio.

Zona geomorfoedafologicamente frágil

Homún, al igual que otros municipios que colindan a su alrededor como Cuzamá, Tekit, Sanahcat, Huhí, entre otros, se ubican en una región hidrogeológicamente estratégica ya que básicamente se encuentran en la zona central del semicírculo de cenotes.

Esta región en particular presenta las siguientes características:

  • Son planicies kársticas de menos de 20 msnm (Aguilar et al., 2016 a; Bautista et al., 2015).
  • Poseen un gran número de cenotes y grutas. Muchos de estos cenotes son de tipo abierto, semiabierto y caverna. Únicamente en Homún, se han registrado 300 cenotes, según la información de los pobladores que habitan ahí, por lo que es una zona de muy alta permeabilidad.
  • Los suelos dominantes son suelos delgados y pedregosos conocidos como Leptosoles (LP), pero de diferentes tipos, tales como Leptosoles nudilíticos (menos de 5 cm de profundidad), Leptosoles líticos (menos de 10 cm), Leptosoles réndzicos (hasta 25 cm). Los LP pueden también estar asociados con afloramientos rocosos (lajas) u otros suelos un poco más profundos como los Cambisoles (CM) (Bautista et al., 2015).
  • Acuíferos poco profundos con evidencias de contaminación. Se ha confirmado la presencia de nitratos (Pacheco-Ávila, 2002; Pérez y Pacheco, 2004; Pacheco-Ávila et al., 2004), coliformes fecales (Pacheco et al., 2004; Hoogesteijn-Reul et al., 2015) plaguicidas (Polanco-Rodríguez et al., 2014), metales, esteroles fecales (Arcega-Cabrera et al., 2014) y que aumentan sus concentraciones en el agua subterránea después de las temporadas de lluvias (Pácheco-Ávila et al., 2004; Arcega-Cabrera et al., 2014), que indica el proceso de lavado de suelos.
  • También hay evidencia de que es una zona de recarga, reflejándose en las características fisicoquímicas particulares de las aguas subterráneas tales como pH ligeramente ácidos, menor conductividad eléctrica y concentración de iones inferiores a las presentes en los acuíferos noroeste y noreste de la entidad (Pérez-Ceballos et al., 2012).
  • Debido a las características principalmente geomorfopedológicas anteriormente descritas, se ha catalogado esta zona como de “vulnerabilidad extrema” a la contaminación (Aguilar et al., 2016 b).

Zona biológicamente relevante

Además de los artículos constitucionales que respaldan la creación de la propuesta de la Reserva Estatal Geohidrológica (ver Diario Oficial del Gobierno del Estado de Yucatán, 2013), también se describe que en esta región de la Reserva, “se han identificado más de 200 especies de aves entre migratorias y residentes, muchas de ellas utilizan ampliamente los cenotes para su alimentación y resguardo, además de aves canoras y de ornato como dominicos, chichimbacales y loros; aunado a su enorme contenido de endemismos de peces de agua dulce como Ogilbia pearsei (dama blanca ciega o pez ciego de los cenotes), así como el Ophisternon infernale, (anguila ciega yucateca), Poecilia velífera, (moli de vela o  abanderado), incorporados en la lista roja de la UICN y en la NOM059-SEMARNAT-2001 en categoría de amenazados o en peligro de extinción, así como Rhamdia guatemalensis o bagre de cenotes. Entre los anfibios se encuentran Bolitoglossa yucatana o salamandra lengua hondeada la cual es endémica, así como sapos y ranas como Bufo valliceps, Phrynobyas venulosa, Smilisca baudinii e Hyla loquax, entre otras de la región. Los reptiles se representan por las tortugas como Kinosternon scorpioides, K. subrubrus, Terrapene carolina yucatan, Trachemy scripta y Pseudemys scripta entre otras, así como lagartijas e iguanas como Anolis lemurinus, Norops sagraei y Ctenosaria similis, entre los principales, también se han registrado colonias de la especie Geco cola de nabo o Thecadactylus rapicauda que se encuentra en riesgo según Norma Oficial Mexicana NOM-059 (Tec, 2011b). Se presentan también varias especies de serpientes y víboras como la Boa constrictor, Imantode tenuissimus, Lampropeltis triangulum (coralillo), Bothrops asper (nauyaca) y Elaphe triaspis (ratonera) entre las más comunes. Entre los cocodrilos, la especie representativa es el Crocodylus moreletti o cocodrilo de pantano. De igual forma se presenta una gran variedad de mamíferos, entre los que destacan el venado cola blanca, el venado temazate, conejo, tejón, armadillo y algunos carnívoros como jaguar, jaguarundi y el coyote, además de murciélagos”.

Del grupo de los murciélagos, especies como Chrotopterus auritus y Micronycteris microtis -ambos considerados amenazados en México- y Eptesicus furinalis, han sido registrados exclusivamente en cenotes (MacSwiney et al., 2007).

“De aquí que la zona se considera importante por los servicios ambientales de provisión, culturales y de regulación que provee”.

Zona geológicamente importante a nivel mundial

El Anillo de cenotes también tiene otra importancia muy reconocida internacionalmente pero poco conocida en el ámbito local. Este es en el ámbito de las Ciencias Planetarias, pues el anillo de cenotes no puede ser explicado por la teoría tradicional de las manifestaciones kársticas comunes, sino que coincide con el quinto y principal círculo concéntrico de un enorme cráter (Molina, 2015).

La hipótesis indica que un asteroide de más de 10 km de diámetro impactó violentamente sobre la plataforma continental de Yucatán y desencadenó una de las mayores extinciones de la historia de la Tierra. El impacto provocó una gigantesca compresión del orden de 1000 gigapascales y diferentes transformaciones mineralógicas de la roca impactada, conocidas como metamorfismo de choque o de impacto. La potencia mecánica y térmica de este impacto fue equivalente a centenares de veces el actual arsenal mundial de bombas atómicas y nucleares (Arz et al., 2000).

Un modelo actualizado de la estructura de impacto de Chicxulub utilizando nuevos modelos de la anomalía aeromagnética, revelan cinco anillos concéntricos al interior del cráter; el último anillo se correlaciona con el anillo de cenotes, lo cual apoya la interpretación de que el origen del anillo de cenotes está ligado con el cráter producto del impacto del meteoro (Rebolledo Vieyra et al., 2010).

En las ciencias planetarias, el estudio de las colisiones entre cuerpos del sistema solar es un fenómeno fundamental en la teoría de su origen. Cráteres similares son muy comunes en otros cuerpos del sistema solar como en la Luna, Marte, Mercurio o en los satélites de Júpiter y Saturno es posible observar numerosos cráteres formados por el impacto de meteoritos y cometas principalmente en las etapas tempranas de la evolución del sistema solar. En la Tierra las huellas de esta etapa inicial de impactos han sido borradas por los diferentes procesos que continuamente modifican la superficie. Por ello los cráteres terrestres mejor preservados generalmente corresponden a impactos ocurridos en épocas recientes. El cráter de impacto multianular de Chicxulub Yucatán, dada su preservación, es que guarda información del final de la era Mesozoica y que incluye la desaparición de numerosos grupos de organismos, entre ellos a los dinosaurios (Ortiz-Alemán et al., 2002).

La reserva geohidrológica

En el año 2013 un grupo de investigadores liderados por la Dra. Laura Hernández realizaron la propuesta de la reserva hidrogeológica a nivel regional, que incluye además de los municipios arriba mencionados, otros ocho municipios más, con una superficie total de 2192.08 km2.

De esta propuesta, en octubre de 2013 surgió el Decreto número 117 en el Diario Oficial del Gobierno del Estado de Yucatán, misma que establece el “Área Natural Protegida denominada Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de Cenotes”.

El artículo 8 del Decreto que establece el área natural protegida denominada Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de Cenotes, indica que: “Dentro de la Reserva podrán realizarse actividades de desarrollo sustentable, siempre que sean compatibles con lo establecido en este Decreto…. y se prohíbe realizar actividades que por su naturaleza impacten significativamente u ocasionen en el corto, mediano o largo plazo, impactos adversos al medio ambiente o a los ecosistemas”.

En general, el Anillo de cenotes en su totalidad, posee una gran importancia biológica, social, cultural y económica. Ya desde el 2004 el Gobierno del Estado de Yucatán, inició el procedimiento para que el Anillo de Cenotes se reconozca como un humedal de importancia internacional dentro de la Convención RAMSAR, hecho que finalmente se logró en 2009 (Sosa-Escalante y Chablé Santos, 2013).

El caso de la Laguna de Yalahau ubicada en Homún, consta de un cuerpo de agua que forma parte del Parque Estatal Lagunas de Yalahau que fue declarada “Humedal de Importancia Internacional RAMSAR”, el 2 de febrero del 2007, con una superficie de 5,683 ha, esto fue publicado por la SEDUMA en su página oficial, es decir, que es un humedal de importancia internacional con especies de flora y fauna en peligro de extinción, según se mencionó en la declaración de Área Natural Protegida. Además al norte de la laguna cuenta con otros factores importantes como un centro cívico-ceremonial prehispánico que según registros del Instituto Nacional de Antropología e Historia cuenta con más de 60 basamentos.

Zona cultural y antropológicamente invaluable

Desde la antigüedad las cavernas han sido un componente esencial para el ser humano, quien les ha dado a esos espacios diferentes usos y significados. Fueron utilizadas –entre otras cosas– como moradas, como refugios y como fuentes de abastecimiento de agua, entre otros. En nuestros días las cavernas de la Península de Yucatán continúan jugando un papel sobresaliente, además de su atractivo turístico que se ha fomentado creando fuentes de empleo.

En el área maya, la evidencia que más abunda en las cuevas y cenotes es la de la época prehispánica que va desde el preclásico hasta el posclásico en un tiempo situado desde el 600 a.C. hasta el 1500 d.C. donde la evidencia que se pueden observar son construcciones arquitectónicas, presencia de ofrendas (principalmente de cerámica), depósitos mortuorios y expresiones gráficas plasmadas en el paisaje kárstico. Estos vestigios en las cuevas refuerzan el papel sagrado que tuvieron en el pasado no sólo como lugares donde se llevaron a cabo actividades rituales, sino también actividades domésticas (Tec 2011 y 2012).

Específicamente, exploraciones en los cenotes de Homún trajeron como resultado el descubrimiento de evidencia subacuática como la existencia de restos óseos humanos y diversas vasijas cerámicas, sin embargo, debido a lo complicado para acceder a estos espacios, la información no circuló para toda la población, sino sólo para ciertos sectores del pueblo como las autoridades, quienes a pesar de los esfuerzos que hicieron para el estudio y protección de éstos, se dieron casos de saqueo y alteración de los contextos. antigüedad de 13,000 años, y hace referencia a los primeros pobladores en la región denominados pre-cerámicos.

La presencia de los vestigios arqueológicos en las cuevas y cenotes de Homún remarcan lo importante que fueron los espacios subterráneos en la cosmovisión maya, incluso en la actualidad, muchas poblaciones consideran a las cuevas como lugares que tienen vida, espacios habitados por los vientos, guardianes, seres sobrenaturales y dioses. Por ello la gente conserva historias cuyos significados han permitido construir en el imaginario, una ideología sobre su entorno que supone culto y veneración a estos espacios liminales subterráneos (Tec 2010).

El agua como recurso de vida

El agua es un elemento que ha sido fuente de vida, salud y riqueza desde los inicios de la humanidad. Ha constituido un factor indispensable para la sobrevivencia humana, razón por la cual en muchas culturas, su existencia es considerada como un elemento sagrado. El agua se ha convertido en el símbolo de vida y objeto de culto. A pesar de su carácter indispensable para todo pueblo, la disponibilidad del recurso está diferenciada históricamente e incluso, muchas poblaciones de Yucatán basaron sus nombres en la presencia de los cuerpos de agua, por ejemplo: Yokdzonot que se deriva yóok’ ts’ono’ot que significa “sobre un cenote”, Abalá como abal ja’ que significa “ciruela de agua”, Chikindzonot que significa “cenote del oriente”, Kancabchén que significa “pozo de tierra roja”, solo por mencionar algunos ejemplos (Evia, 2005).

En la región maya diferentes comunidades usaron los cuerpos de agua naturales para establecer su población, ejemplos de esto los podemos encontrar en las antiguas ciudades mayas de Tikal, Uaxactun en el Petén Guatemalteco, Dzibilchaltun, Ek Balam, Chichén Itzá, Xcoch por mencionar algunos ejemplos donde la sociedad usó una cueva o un cenote como referente para edificarse.

La función del agua como fuente de estabilidad para una sociedad estuvo sustentada por diversos mitos que se crearon en su entorno para garantizar su protección. Tal es el caso del mito de la Serpiente Tsukan que se le conoce por aparecerse a los campesinos en el monte a quienes asusta, pero también a este ser sobrenatural se le atribuye el cuidado de los cenotes (Evia, 2005).

En la actualidad, muchas comunidades mayas usan las cuevas y los cenotes como escenarios para llevar a cabo rituales de petición de lluvia o apaciguamiento de la tierra. Un ejemplo es que durante la época de prolongadas secas en nuestro estado, los pobladores quienes necesitan del agua de la lluvia para regar su siembra de maíz acostumbran realizar la ceremonia del chachak y pedirle al dios de la lluvia Ch’a’a cháak, que derrame agua sobre la tierra. Para estos rituales agrícolas, el uso de agua virgen para la elaboración de bebidas sagradas como el balché y el saká se obtiene de cuevas o cenotes considerados sagrados (Evia 2005).

El agua a lo largo del tiempo además de ser generador de vida, se ha considerado como una entidad anímica y el lugar que la resguarda se le debe pedir permiso, es por eso que los mayas contemporáneos consideran tanto las cuevas como los cenotes como sagrados. El no pedir permiso para la recolección de agua puede tener consecuencia negativas para los pobladores como enfermarse por varios días. Estas creencias se han transmitido de generación en generación pero en los últimos años también es un conocimiento que se está perdiendo. Un dato importante que hay que mencionar es que antes de la instauración de las tuberías del agua potable en los años sesenta, la gente del estado de Yucatán consumía agua de pozo o usaron algún cenote ubicado en el centro del poblado. Incluso, en la actualidad algunas comunidades y regiones de bajos recursos económicos tienen como única fuente de abastecimiento, el agua de pozo para beber  y en general se usa en la vida cotidiana para regar cultivos y beberla aun con la advertencia de que ésta se encuentra contaminada como se ha señalado con anterioridad.

En la región peninsular existe un fuerte concepto de que el agua que se encuentra en las cavernas o en los cenotes está limpia y purificada por naturaleza, esta idea falsa que el agua de lluvia se purifica al atravesar la tierra hasta llegar al manto freático es una creencia popular donde la gente no comprende que en ese proceso no sólo el agua cae, sino también los contaminantes que ellos mismo vierten a la tierra a través de los agroquímicos y otros productos industriales que se usan ahora para el cultivo, sumando a esto que Yucatán no cuenta con un drenaje para verter las aguas negras. La gente desconoce que el manto freático posee conductos subterráneos interconectados.

El turismo local como generador de riqueza

En México, la Península de Yucatán, especialmente los estados de Quintana Roo y Yucatán, son los que más turismo reciben. Según la Secretaría de Fomento Turístico (SEFOTUR) sólo durante el primer trimestre de 2015, más de 310 000 visitantes pernoctaron en el estado de Yucatán (Huesca Tercero, 2017). Y aunque no se tienen datos precisos de la contribución del turismo alternativo a la economía del estado de Yucatán, sí se ha identificado que desde mediados de la década del 2000, el turismo de aventura  ha cobrado relevancia y deja de estar presente únicamente en Celestún, para diseminarse primero a lo largo de la costa yucateca y después hacia el interior del estado (García-Fuentes et al., 2011), estimándose una cifra de más de 40 grupos comunitarios del interior del estado y empresas privadas de la ciudad capital que ofrecen algún tipo de servicio o producto catalogado como ecoturismo (incluyendo turismo de aventura, turismo de naturaleza y turismo alternativo) (Galicia Zamora, 2010). El turismo convencional del “sol y playa” ahora es una opción más de tantas que Yucatán puede ofrecer gracias a su riqueza cultural y paisajística como los humedales, cenotes, grutas y selvas. En particular ha sido el crecimiento de las visitas guiadas a cenotes, cuevas y cavernas y por esta razón, en el 2014 la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (SEDUMA) de Yucatán publicó el “Reglamento de la Ley de protección al medio ambiente del estado de Yucatán en Materia de cenotes, cuevas y grutas”

Particularmente, el municipio de Homún es una comunidad de 7921 habitantes donde 54.50% de las personas son maya hablantes según la encuesta intercensal del total de la población según la encuesta intercensal 2015 del INEGI. El pueblo se encuentra ubicado en lo que fue la zona henequenera, su territorio al igual que las poblaciones circunvecinas se encuentran conectados por antiguos caminos que conducían hacia las antiguas haciendas, muchas de ellas edificadas cerca de uno o más cuerpos de agua. Sobre estos caminos también conocidos como de truck o plataformas, se montaron rieles para facilitar el transporte de las pencas de henequén entre los planteles. Al decaer la industria del henequén en los años setentas las rieles fueron retiradas pero los caminos se continuaron usando por los pobladores para llegar a sus milpas, ir de cacería, buscar leña, así como para llegar a los cenotes.

En los años ochenta, los cenotes de Homún y poblaciones aledañas fueron promovidas principalmente para practicar espeleobuceo o buceo en cavernas, actividad que requiere de una preparación especializada que sólo unos cuantos pudieron desarrollar debido al alto costo que implicaba su práctica. Los cenotes de la región fueron escenarios de encuentros regionales e internacionales de espeleobuceo iniciados desde el año de 1996 por el Gobierno del Estado y organizado por la dependencia estatal Secretaría de Ecología hoy conocida como Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (SEDUMA). Desde ese entonces, las actividades recreativas en las aguas subterráneas del pueblo se estaban promoviendo para nuevos exploradores e investigadores.

Aunque el turismo siempre ha existido en la población debido a su cercanía a Cuzamá, pasaron muchos años para que el pueblo tomara una iniciativa para abrir al público los cenotes o cavernas localizados en sus terrenos. Hace aproximadamente cinco años el turismo en la población se incrementó marcadamente debido a que algunas instituciones federales como la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) apoyaron algunos proyectos familiares para mejorar la infraestructura en algunos cenotes y así ofrecer al turismo un servicio de calidad. Por otro lado, los propios pobladores y algunos empresarios decidieron invertir en la creación de pequeños paradores con los servicios mínimos básicos de baños, vestidores, infraestructura para acceder al cenote (escalinatas, andadores, pasillos e iluminación), mejoramiento de caminos de terracería, incluso algunos han puesto tiendas o restaurantes por mencionar algunos ejemplos de esta inversión.

El investigador de la UNAM, Dr. Rodrigo Llanes Salazar  publicó en octubre de 2017 en el Diario de Yucatán una editorial en donde sustenta con datos firmes sobre cuánta gente depende del sector terciario (turismo, comercio y otros) en Homún, con un 47.99 %. Cita el Decreto 117 que creó la Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de Cenotes” y explica cómo el hecho de haber autorizado la instalación de la granja porcícola contradice al Decreto emitido por el mismo gobierno (Evia, 2018).

Para tener una idea de la alta demanda del turismo en los últimos dos años trajo como consecuencia la creación de diversos servicios como la disposición de 20 guías certificados en la NOM 09 y 120 sin ninguna acreditación. En servicios de alimentos se han abierto cuatro restaurantes más otros puestos de comida, cuatro lugares ofrecen hospedaje y existe un grupo organizado de 150 mototaxistas quienes prestan servicio de transporte a los principales cenotes.

El cenote más conocido en la población es el Tza ujun kat que se encuentra a la entrada del pueblo y que casi todo el año es concurrido por la gente local y los propios homunenses para bañarse. Otros lugares visitados son: la laguna de Yalahau, las grutas de Santa María y de Chechebak, así como otros cenotes que incluso, no cuentan con infraestructura pero son bien conocidos como el Oxolá, Aculá, San Juan, por mencionar algunos debido a la información que circula entre los interesados en interactuar con la naturaleza. En la actualidad Homún cuenta con más de 20 cenotes y dos cavernas abiertas al público pero para motivar que el visitante permanezca más tiempo en el pueblo algunos lugares ofrecen otras actividades recreativas como el uso de kayak, tirolesa, rapel y balnearios.

La derrama económica que representa el turismo en dos de los cenotes más representativos del pueblo en un periodo de 15 días en temporada alta, es decir, en vacaciones es la siguiente: el primer cenote puede recibir hasta 3000 personas y el segundo hasta 4500 personas con un promedio de 300 personas aproximadamente por día, más la renta de chalecos que es un pago adicional en caso de que se requiera. A esto es necesario sumar que al día en temporadas altas se ocupan de 70 a 80 mototaxistas para el turismo, más los servicios de alimentación.

El mejoramiento de la economía de los homunenses basado en la exploración de los cenotes también es un factor al que se le debe poner atención y trabajar en propuestas que no sobrecarguen el uso de sus recursos naturales. Debido a la alta demanda en los cuerpos de agua, los cenoteros han llegado a un acuerdo de no exceder la capacidad de carga de su entorno poniendo un límite de 150 personas al día como máximo en algunos cenotes, pero eso no es suficiente, también las instituciones deben trabajar en conjunto para regular no solo la cantidad de gente, sino también en la seguridad de los visitantes, el impacto ambiental de estos nichos de trabajo y una regularización de esta forma de trabajo.

La presencia de una granja porcícola a escasos kilómetros de la zona turística podría acabar con esta forma de uso del territorio por parte de los lugareños. La lucha de la población en contra de su construcción y operación de la megagranja porque constituye una seria amenaza a las actividades turísticas.

El papel de las instituciones del gobierno estatal y municipal que deberían velar por la conservación del ambiente y por la conservación de los empleos de las actividades turísticas no han encontrado los instrumentos legales para detener la construcción y operación de la megagranja porcícola.

La promesa de  instalación de sistemas de tratamiento de residuos sólidos y aguas residuales no satisface a los pobladores ni a los técnicos y científicos locales debido las grandes cantidades que se generarían con una población cercana a los 40 000 cerdos. No hay sistemas de tratamiento que pudieran tratar al 100% los residuos (Garzón-Zúñiga y Buelna, 2003; Méndez-Novelo et al., 2009) y si se intentará un sistema de procesos limpios al 100% los rendimientos económicos de la granja se reducirían considerablemente y podrían hacerla incosteable. De hecho, las granjas porcícolas se instalan en lugares en los que no se paguen los costos de la degradación del ambiente, esas es la razón de que no existan granjas porcinas en Japón, por ejemplo. En otras palabras, la contaminación por malos olores en el aire y la contaminación del agua subterránea es inminente con la operación de la megagranja.

Conclusiones

Homún y otros municipios circundantes están ubicados sobre una zona de gran relevancia hidrogeológica, con un funcionamiento clave para el abastecimiento de agua  con calidad para el consumo humano, que incluye también a la zona metropolitana (Mérida y alrededores). Esta zona ya ha sido decretada como “Área Natural Protegida Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de cenotes” y ocupa una superficie de 2192.08 km2 en donde actualmente se llevan a cabo actividades ecoturísticas de bajo impacto que favorecen a más del 40% de las familias quienes han visto en el turismo un complemento económico a su estilo de vida.

Debido a las características biofísicas que posee el territorio en cuestión  (suelos delgados, acuífero poco profundo, gran cantidad de cenotes y alta biodiversidad), las actividades agropecuarias intensivas, como las megagranjas de cerdos, son un peligro eminente para el acuífero y es una actividad no compatible con el desarrollo local ya que la gran cantidad de desechos, aun con el uso de biodigestores, requiere una disposición final para la cual no hay un sitio adecuado y cercano.

En la entidad yucateca, existen otras zonas al sur del Anillo de cenotes, que presentan una vocación adecuada para el desarrollo de la porcicultura, por poseer suelos más desarrollados, acuíferos profundos y menos presencia de cenotes. A pesar de esto, el establecimiento y buen  funcionamiento de un sistema de tratamiento de residuos es imprescindible.

En la Reserva Estatal Geohidrológica y en general en todo el Anillo de cenotes se deben fomentar las actividades ecoturísticas de bajo impacto, privilegiando la participación de las comunidades y grupos sociales. El llamado turismo rural, turismo cultural y de naturaleza son conceptos que debemos empezar a implementar para hacer de estas poblaciones y sus reservas de agua espacios no sólo recreativos, sino también de respeto y protección.

Además de su belleza natural asociado a un conocimiento ancestral, Homun cuenta con una riqueza cultural tanto subacuática como subterránea con mucho potencial para la investigación. La permanencia y conservación del patrimonio subterráneo permitirá que en el futuro se puedan formalizar en su interior los trabajos arqueológicos. La lucha por la revalorización y conservación de estos espacios no sólo deberá ser desde la perspectiva ecológica, sino también desde el ámbito cultural y sagrado.

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